Los detalles en cualquier aspecto de la vida suelen marcar la diferencia. En el mundo de la publicidad no es una excepción y es algo que hay que cuidar mucho a la hora de hacer un anuncio. Para que uno triunfe existen muchas fórmulas pero para que fracase hace falta muy poco. Y en el caso que hoy hablamos queda muy claro lo que no hay que hacer.
La falta de coherencia y descuidar los detalles son unos errores muy graves que pueden tirar por la borda cualquier buena campaña de publicidad. En la hecha por Frenadol todos estos fallos quedan en evidencia.
El anuncio trata de un padre que está resfriado y con fiebre, pero sus hijos le piden ir a pescar. Él lejos de rendirse se toma un sobre de este medicamento para mejorar y poder ir. Así sucede y se va con ellos en un coche conducido por él. Hasta aquí todo correcto. Entonces, ¿dónde está la incoherencia?
En las imágenes donde el protagonista va conduciendo, se puede leer una frase que dice: “Este medicamento puede producir somnolencia. Se recomienda no conducir”. Un error impropio de una marca tan conocida. Una contradicción que desató la polémica en las redes sociales, donde los usuarios destacaron este problema y criticaron duramente el anuncio.
De hecho, FACUA, la Asociación de Consumidores en Acción, denunció el spot a la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) para que lo retire. Sin embargo, el Pleno del Jurado de la Publicidad de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial, Autocontrol, ha desestimado el recurso porque «no traslada un mensaje de curación asegurada».
Para bien o para mal, en este caso para lo segundo, Frenadol ha conseguido que se hable de su anuncio, algo que al final genera visitas. Y tratándose de un medicamento, la gente lo va a seguir utilizando. Así que su error en la campaña le ha otorgado más publicidad, nunca mejor dicho, aunque su imagen ha quedado en entredicho.